Algunos ecosistemas dependen de incendios frecuentes. Estas se conocen como áreas adaptadas al fuego. En estas, los incendios promueven la diversidad de plantas y vida silvestre, y queman la acumulación de material vegetal vivo y muerto (hojas, ramas y árboles).
Ecosistema del pino Ponderosa (Pinus ponderosa) del noroeste y de la región montañosa central del oeste
- Común en las montañas del sudoeste, se extiende hacia el norte hasta Washington y Oregón, y hacia el este hasta las Dakotas.
- Los incendios naturales en este ecosistema ocurren en intervalos de cinco a 25 años.
- Estos incendios suelen ocurrir al nivel del suelo y son de baja intensidad. Como resultado se remueven arbustos leñosos y se favorecen los pastos, esto fomenta agregaciones a la hebra del pino Ponderosa.
- La historia nos demuestra que el pino Ponderosa (Pinus ponderosa) se adapta bien a los incendios de alta frecuencia y baja intensidad. Estos fuegos queman la hojarasca y demás vegetación sobre el suelo, liberan los nutrientes que hay en el mismo y proporcionan un buen sustrato para las semillas del pino Ponderosa (Pinus ponderosa).
- Las agujas del pino Ponderosa sobre el suelo facilitan la expansión de los incendios de baja intensidad y minimizan los incendios de copa (incendios que se extienden entre las copas de los árboles), que pueden destruir al ecosistema del pino Ponderosa.
- En el ecosistema del pino Ponderosa, se recomienda la quema controlada en intervalos de cinco a 10 años para disminuir la acumulación de material combustible. Cuando los intervalos de quema son menores, la hojarasca acumulada en el suelo no es suficiente para actuar de combustible para el fuego, y si los períodos son más largos, se corre el riesgo de producir fuegos de copa que destruyen a los árboles. Los fuegos controlados, por lo general, dan como resultado la conservación de la salud del bosque.
Ecosistema de Chaparral
- Común en el Sur de California, Arizona, Nuevo México y en sectores de las Montañas Rocosas.
- Los incendios naturales en este ecosistema ocurren en intervalos de cinco a 25 años.
- La variación de especies en estas zonas se atribuye, en parte, a la frecuencia de los incendios forestales.
- Entre las adaptaciones al fuego, se incluyen brotes de tocones vigorosos luego de un incendio que ha quemado muchos arbustos. Entre estos, están los siguientes: las manzanitas, los “ceanothus” y los robles. El chamizo produce semillas inactivas que necesitan del fuego para su germinación. Las mismas crean un vasto banco de semillas durante los años en los que no ocurren incendios.
- Muchos de los arbustos, sobre todo el chamizo, promueven los incendios por medio de la producción de ramas secas altamente inflamables después de aproximadamente 20 años.
- Luego de pasado un año del incendio, la comunidad vegetal es dominada por los pastizales que crecen anualmente. Cinco años después de un incendio, los arbustos del chaparral vuelven a dominar el ecosistema.
El ecosistema de comunidades de pino contorta (Pinus Contorta) de las Montañas Rocosas
- Comunes en todo el territorio de las Montañas Rocosas del oeste de Estados Unidos (Idaho, Montana, Wyoming), las poblaciones puras se encuentran, por lo general, en altas elevaciones.
- Los incendios naturales en este ecosistema ocurren generalmente a intervalos de entre 80 y 300 años.
- En cada etapa subsiguiente a un incendio, la comunidad de pino contorta (Pinus Contorta) muestra reacciones distintas frente al fuego. El pino Contorta necesita incendios naturales para regenerarse y mantener sus poblaciones saludables.
- Los Pinus Contorta suelen producir conos cubiertos por resina, los cuales necesitan un desencadenante natural (en este caso, el fuego) para abrirse y liberar las semillas.
- Suprimir los incendios en este ecosistema puede crear una acumulación de material combustible difícil de manejar que podría generar fuegos más intensos en el futuro.
Ecosistema del bosque boreal y la tundra de Alaska
- El bosque boreal es común en el sur de Alaska y se extiende hacia el norte hasta Fairbanks. La tundra se encuentra en las áreas más elevadas de esta zona y se extiende hacia el norte desde la Cordillera de Brooks hasta el Océano Ártico.
- La frecuencia de fuego de origen natural en Alaska es variada, diversa, y depende de la región, las características del lugar y la vegetación. Los bosques boreales de Alaska se incendian naturalmente a intervalos de entre 24 y 300 años, mientras que la frecuencia de fuego de origen natural de la tundra es mucho menor y varía entre 175 y 1023 años. Debido a las bajas temperaturas de Alaska durante todo el año, la vegetación se descompone muy lentamente y libera nutrientes de forma lenta. Una gran cantidad de nutrientes es liberada después de un incendio en el bosque boreal o la tundra.
- Los incendios en el bosque boreal y la tundra ocurren comúnmente en parches, lo que deja un mosaico en el paisaje.
- Luego de un incendio, aparece la sucesión de plantas. Esto significa que las plantas más pequeñas, como los pastos, comienzan a crecer primero antes de dejar el paso a los arbustos y, finalmente, a los árboles. Para mantener la diversidad ecológica, las comunidades de plantas y animales de Alaska dependen en gran medida de los regímenes de incendios.
Ecosistema de la pradera del oeste medio
- Común en Nebraska, Illinois, Iowa, Kansas y el Valle de Ohio.
- Los incendios naturales en este ecosistema ocurren generalmente en ciclos de cinco a 10 años.
- Compuesto principalmente por pastos y herbáceas (plantas florecientes), con algunos arbustos y árboles.
- Tras un incendio, el crecimiento de especies nativas como el Andropon gerardii grande y pequeño y el Sorghastrum nutans aumenta significativamente.
- Los incendios en las praderas de pastos altos queman la biomasa a nivel del suelo, lo que destruye las plantas leñosas y permite que la luz solar llegue al suelo. Además, altera el pH del suelo y la disponibilidad de los nutrientes.
- Como el pasto es un combustible débil, los incendios de pastizales por lo general no son intensos.
- Cuando se elimina el fuego del ecosistema de pradera, los arbustos leñosos y los árboles logran reemplazar a los pastos y las herbáceas.
Ecosistema de páramos de Pinus rigida del noreste
- Comunes en los estados del noreste, sobre todo en suelos arenosos.
- Los incendios naturales en los páramos de Pinus rigida ocurren a intervalos de entre seis y 25 años.
- Muchos de estos son incendios de copa, empujados por el viento desde la copa de un árbol a la de otro.
- El Pinus rigida posee una corteza gruesa que lo protege del calor. Puede volver a germinar después de un incendio y se reproduce por medio de piñas (conos que se abren con el fuego).
- Los páramos de Pinus rigida albergan muchos insectos, plantas raras, tortugas y ranas. Algunos de estos organismos necesitan fuego para dar forma a su hábitat o para sobrevivir ante la competencia con otras especies.
- Si pasan muchos años sin un incendio, los páramos de Pinus rigida acumulan grandes cantidades de madera seca y agujas. Esto puede provocar que el próximo incendio sea demasiado severo para que sobrevivan los pinos y otras especies.
El ecosistema de pino de Banks (Pinus banksiana) en la región de los Grandes Lagos
- Comunes en los bosques de los estados colindantes a los Grandes Lagos.
- Los incendios naturales en este ecosistema suelen ocurrir aproximadamente a intervalos de entre 125 y 180 años.
- El pino de Banks (Pinus banksiana) está bien adaptado al fuego.
- Se sabe que las semillas del pino de Banks (Pinus banksiana) son viables aún tras la exposición a temperaturas de hasta 1000 grados Fahrenheit. Ese calor, sin embargo, abre las escamas de los conos y libera las semillas al suelo, donde el fuego ha removido la mayor parte de la vegetación existente y la hojarasca.
- Las semillas de pino de Banks (Pinus banksiana) necesitan contacto con el suelo mineral para germinar, por lo que el fuego sirve para preparar el semillero, reducir la competencia con otras plantas y liberar sus semillas.
Ecosistema de bosques de roble y nogal
- Los bosques de roble y nogal son comunes en Pensilvania, Virginia Occidental, Kentucky, Tennessee y en muchos otros estados.
- Los incendios naturales en los bosques de roble y nogal ocurren cada 25 años o menos
- Los nativo-americanos incendiaban algunos de estos bosques con mucha frecuencia, posiblemente cada uno o dos años.
- La mayoría de los robles tienen cortezas gruesas, por lo que pueden sobrevivir a incendios superficiales. Después de un incendio, tanto los robles como los nogales germinan desde la base del tronco.
- Los incendios quitan la sombra y la hojarasca profunda del suelo del bosque, lo que crea condiciones perfectas para la reproducción de robles y nogales.
- Los robles y los nogales no se reproducen bien a la sombra, por lo que otras especies toman control si es que el bosque no se incendia durante un período de tiempo prolongado.
Ecosistema de comunidades de pinos del sureste
- Comunes en las áreas de Texas, hacia el este hasta Florida y hacia el norte hasta Maryland.
- La frecuencia del fuego de origen natural en este ecosistema varía de 1 a 10 años. Históricamente, algunos de estos bosques se incendian una vez al año. La mayoría de los bosques de pino del sureste contenían pinos de hojas largas que se incendiaban a intervalos de entre uno y cuatro años antes de la colonización europea. El fuego de origen natural en estos sistemas provenía tanto de los rayos como de la quema realizada por los nativo-americanos.
- Los incendios generados por rayos son comunes en las comunidades de pinos del sudeste.
- Las semillas de los pinos de hojas largas necesitan suelo mineral para germinar. Los incendios en el suelo preparan el semillero removiendo la hojarasca y demás vegetación del suelo, liberando sus nutrientes.
- Las especies de pinos reaccionan de manera diferente a la frecuencia de incendios. Los pinos de hojas largas favorecen los incendios frecuentes, los pinos de hojas cortas y los Pinus taeda favorecen una frecuencia menor.
- En los casos donde no ocurren incendios durante 25 años o más, como por ejemplo: cuando se quita el fuego del ecosistema o en las zonas húmedas donde rara vez ocurren incendios, las maderas duras como los robles y los nogales reemplazan gradualmente a los pinos nativos.